Si el tribunal determina que existe un riesgo real y se justifica una orden de alejamiento, emitirá la orden.
Esta orden puede incluir restricciones específicas, como la prohibición de acercarse a la víctima o a ciertos lugares, así como la obligación de mantener una distancia mínima.
Una vez emitida la orden de alejamiento, es esencial que tanto la víctima como el agresor cumplan con sus términos.
La policía y las autoridades locales pueden realizar un seguimiento para garantizar el cumplimiento de la orden. Si el agresor viola la orden de alejamiento, se enfrentará a consecuencias legales, como la detención y posibles cargos adicionales.