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errores comunes al emprender

Cuando comenzó a surgir el emprendimiento y los primeros emprendedores comenzaron en este mundo, muchas personas los miraban simplemente como desempleados. Pero eso ha cambiado, Chile aún tiene un largo camino por recorrer para igualar la cultura de emprendimiento de Estados Unidos, pero las cosas están avanzando en la dirección correcta.

Aunque la ausencia de asesoría legal en los primeros pasos de la puesta en marcha de una idea emprendedora puede condicionar el futuro del proyecto e incluso frustrar su viabilidad.

Contar con una buena asesoría legal desde el principio puede ser clave para el éxito de una Start-up, convirtiendo en un valor añadido lo que habitualmente es visto como un problema.

A continuación les dejaremos lo errores más frecuentes que se comete a la hora de emprender:

Comenzar sin haber realizado una constitución de sociedad comercial:

A menudo, los emprendedores optan por comenzar sin haber constituido previamente una sociedad. Operar en modo beta no excluye la responsabilidad de quien realiza la actividad, quien será el responsable último en caso de que se cometa una infracción o simplemente al contraer deudas. el emprendedor que haya realizado la acción será responsable con todo su patrimonio. ¿Que opciones nos otorga Chile? las más utilizadas son la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada (EIRL), Sociedad de Responsabilidad Limitada (Ltda) y la Sociedad por Acciones (SpA).

No planificar la situación tributaria o de pago de impuestos:

Al escoger actividad económica no se considera si esta paga IVA o no, tipo de contabilidad, que tipo de documentos tributarios se emitirán, entre otras.

Confiar en quien no debe:

Con frecuencia, el emprendedor “abre su corazón” a inversores y posibles partners, a quienes revela no solamente su modelo de negocio, sino el plan estratégico, la cuenta de resultados, la base de datos de clientes, etc. Incurrir en este ejercicio sin firmar antes un acuerdo o contrato de confidencialidad puede ser un suicidio.

En ocasiones, incluso se comparte información sensible con un competidor, con el que se explora la posibilidad de una eventual fusión o joint venture. Para evitar futuros problemas en caso de que el negocio se frustre, conviene incluso, y si las circunstancias lo aconsejan, establecer ciertos pactos de no competencia, por ejemplo, en relación a mercados, territorios, microsectores, etcétera.

No fijar reglas claras de administración en los estatutos de la sociedad o poderes a representantes legales:

Prever reglas de administración sobre cómo se comportará la sociedad y sus socios ante determinadas circunstancias es clave. Si no se hace, se puede frustrar una eventual venta de la sociedad porque uno de los socios no quiere vender y no se ha previsto una cláusula de arrastre.

No regular convenientemente el mecanismo de resolución de conflictos o una excesiva burocracia para la toma de decisiones intrascendentes de la sociedad son factores que pueden hacer inoperativa una compañía. También puede quedar arrinconado un socio minoritario si no se establecen cláusulas anti-dilución por la entrada de nuevos socios en el pacto inicial.

Despreciar la importancia de los intangibles (propiedad intelectual):

Las Start-up tienen dos grandes activos: su idea y su equipo. Proteger ambos es clave. Mientras que el cuidado de los socios va de por sí en el proyecto emprendedor, en muchos casos se olvida la protección de la marca comercial que se quiere utilizar, de los dominios a registrar, del software que se va a licenciar a terceros, etcétera.

No es raro ver cómo una Start-up tiene que cambiar su nombre porque a la hora de empezar a operar se encuentran con que un tercero ha registrado previamente su marca en esa clase o que los nombres de dominio que planea utilizar contravienen el derecho de algún tercero. En este sentido, siempre será aconsejable llevar a cabo, al menos, un registro de la propiedad intelectual o industrial. Si el producto o servicio es “nuevo”, entendiendo nuevo en términos de la ley de propiedad intelectual e industrial, será conveniente iniciar el registro de patente y posteriormente el registro de marca.

Los recursos económicos de las Start-up suelen ser escasos en los inicios, pero subestimar la importancia del apartado legal en cualquier proyecto emprendedor puede ser un grave error. Como ejemplo recuerda el de Facebook, que eligió como punto de partida el Estado de Florida cuando otras jurisdicciones como Delaware o California son fiscalmente más favorables para este tipo de proyectos. Imagina qué hubiera pasado si, por ejemplo, una compañía como Uber hubiese decidido tomar como punto base España: “Se hubiese topado posteriormente con el ya conocido cierre cautelar de la actividad, lo que hubiese sido un auténtico varapalo”.